Estas semanas me han servido para recordar muchas cosas, para sentir, para evaluar, no sólo a los niñitos que participan en la investigación en la que estoy participando, sino que distintos aspectos de mi vida, reencontrándome con antiguas decisiones...
Cuando era niña, siempre decía que me gustaría vivir en La Serena... estos días trabajando en La Serena y Coquimbo me han servido para que ese viejo proyecto vuelva a aparecer, vuelva a ser algo que me interesa, que me gustaría... quizás por razones distintas a las que me importaban en mi niñez, o en realidad, se han sumado razones para que aquella opción adquiera fuerza y relevancia... no para un futuro cercano, quizás para varios años más adelante, pero en fin...
Cuando era niña, siempre pensé que me gustaría vivir en una ciudad con mar, y que fuera un poco más grande que mi natal Ovalle... ahora valoro mucho más el trato de las personas de provincia, que es mucho mas acogedor, obedece a una lógica distinta de las metrópolis... ya me da lo mismo que no haya teatro, que no haya tantos espectáculos, si al final... la vorágine de la gran ciudad muchas veces hace que ni se puedan aprovechar esos beneficios.
La gente... mi gente... mi historia, también... las ganas de hacer cosas, acá y no en otra parte... quizás estudiar fuera, sí... pero siempre pensando en volver... en hacer, acá, donde me importa más... donde podría dar más también... es eso, una cosa super simple que se siente, que dan ganas, que mueve, que hace que sea reconfortante a pesar de las dificultades y los tropiezos.
Es cierto que he sido muy cambiante en las cosas que quiero ser y hacer, pero también es cierto que no me escuchaba mucho y ahora me estoy prestando más atención...
Eso creo, por lo menos...
