
Leer psicodrama es algo que he hecho desde hace algún tiempo ya... pero estar en una sesión, involucrarme (dentro de lo que fue posible), la sensación de sentirse contenido por un grupo donde todos son completos desconocidos...
Actuar la ira, acompañar al otro, captar emociones...
Ver la "Telé" de Moreno, el "Entre" de Pavlovsky y Kesselman, operando...
Claramente, hay algo de tentador en estas catarsis morenianas... algo transformador, muy "humanista" tal vez para mis contemporáneos racionalizadores...
El hecho de trabajar en la escena tiene una potencia que la palabra sólo conserva de manera muy desteñida, muy velada, muy deformada también...
El involucramiento depende el compromiso, el compromiso es siempre afectivo... Prefiero arriesgarme, pero con quienes estén dispuestos a trabajar con creatividad, con espontaneidad, sin miedos weones ...
Sin embargo, la vergüenza e inhibición reinó gran parte, me costó, pero finalmente lo logré y ¡chuas! en fin... es impresionante como dos horas y media pueden sanar de manera tan... eficiente... por decirlo de algún modo...
Pero como la sanación que hacen las machis, para sanarse hay que creer... y yo creí en este grupo que me recibió, me acogió, sin saber nada de mí... subir la montaña para encontrar... pero como dijo la niña de polera roja, que no recuerdo su nombre:dejamos atrás el castillo...
Ahora, a jugar, entre la fantasía y la realidad