viernes, julio 27, 2007

Movimiento

Tiempo, espacio, movimiento.... La relatividad misma.


Hoy me puse a pensar, a partir de una situación inesperada, de los ires y venires de mi tesis, que me han llevado a Chicureo, y a calles de Independencia que quizás de otra manera no habría conocido. También las personas que van quedando, sumándose y restándose de ese proceso. Pienso también en lo que fue mi práctica, y me doy cuenta que poco puedo imaginarme a qué personas y lugares me llevarán mis próximos pasos.



Dicen que uno encuentra cuando no busca, pero a mí eso me suena a cuento chino, como decía un querido profesor de mi escuela. Para encontrar hay que partir por encontrarse. No conocerse, sino encontrarse. Ahí radica uno de los posibles puntos de partida para encontrar fuera. Si no, las cosas pasan, desapercibidas, imperceptibles, borrosas, caducas. Porque para que el ojo vea, debe ser capaz de notar las diferencias, las distinciones, de reencontrarse fuera.

Cada vez entiendo más que los pasos están encadenados unos con los otros, que una historia no se escribe de manera lineal sino que se reescribe sobre el grabado, aunque hayamos pulido la superficie. En cualquier caso, siempre será más delgada, pero en algo habrá cambiado.

A ratos me dan ganas de hacer muchas cosas y no encuentro el tiempo, otras veces dejo que el tiempo pase y no sé en qué ocuparlo; paso de paradoja en paradoja, bueno, quizás no paso sino que elijo, o también podría decir que a veces elijo y a veces paso.

Elegir... este acto también ha tenido mucho movimiento este ultimo tiempo. De ver la elección como un sino trágico, como algo que "hay que hacer", es algo que me he permitido disfrutar.... Bueno, en algunas ocasiones, en otras cosas todavía me cuesta, pero despacito por las piedras se hace más ligero el camino.

Me he estado moviendo, bastante, a ratos en cuanto a desplazamiento, a ratos a modo de vibración casi imperceptible. Pero se siente, y a juicio de varios de los que me rodean, es algo que se ve, se nota también.

Diría que llega un punto en el que se produce el cambio cualitativo, y la gota horada la piedra, se comienza a ver el producto del roce, del movimiento, del trabajo silencioso, de los pensamientos, las caminatas, las danzas, las procesiones, los tormentos, las carcajadas, las complicidades, el enojo, la rabia desatada, el apasionamiento, el rubor, la proyección, la protección, el suspiro, los pétalos, la suavidad, la suspensión, las taladradas (mentales y de las otras), todo en conjunto, da un cuadro de suspirado movimiento.

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